No te empeñes en mentir, de fingir una vida alegra, si por dentro te consume la infelicidad de no tenerme. Fuiste la flor que secó, el sexo sin sentido, la mentira, el error. Fuistes tú quien traicionó dejándome en el vacío, maltratando al corazón que quería darte abrigo. Ya la rosa marchitó, sus pétalos han caído, pero no busco venganza, mucho menos un enemigo. Salud y suerte te deseo, con mucho amor te lo digo, me tenías en tus manos, ahora sigo mi camino.