sábado, 25 de abril de 2020

Ahí va el caminante con su frente en alto, aumentando la distancia que los unía. Vale señalar fuiste una linda historia, quizás no la más perfecta, talvez no la más hermosa, pero dejaste cicatrices dónde no han dejado otras. Va callado y aunque lo vez reír, por dentro su alma es un volcán, capaz de quemar todo a su paso. No quiere amigos, en nadie confía, la desesperanza se ha adueñado de su vida. Pasan los años y las heridas no sanan, fueran hechas con mortales armas. Un amor perdido en el pasado dejó, jugó con su alma, destruyó su corazón. Los sentimientos más puros en el camino fue dejando, en cada piedra a su paso una lágrima dejó. Solo Dios sabe lo que en su vida sufrió, esperando una señal del más puro amor. Se le ve en las noches con la luna hablar, las estrellas lo escuchan, ven en su voz sinceridad. Le gusta ver al sol despertar, se asoma en la ventana a escuchar los pájaros cantar. Cuenta la historia que jamás volvió a amar, fue tanto lo que sufrió, tanto lo que calló, que el corazón jamás se recuperó. 

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