miércoles, 23 de octubre de 2019

He sido desterrado de la tierra sin motivo, con el único capricho de sus labios besar, es dura la batalla de sus ojos conquistar, pues está usted muy brava pocas esperanzas da. En un día no lejano, su boca callaré, recorreré cada parte de su ser, la levantaré en mis brazos y susurrando le diré, que no importa la distancia cuando se tiene fe. Es díficil de saber lo que usted piensa, a mi me cuesta, da vueltas la cabeza sin llegar a imaginar, que hay en el medio una cerca la cual es díficil de cruzar, es ancha la barrera, impenetrable el canal, pero albergo esperanzas de su piel acariciar. Esta noche la deseo soñar, llevarla a las estrellas y a su lado despertar, tenerla bien cerca para poderle susurrar, que no es lo que usted piensa, no intérprete mal, es su voz que me estremece, me pone a volar, hace cosas con mi mente, difíciles de pensar. Y caigo en la rebundancia de palabras al azar, diciendo cosas sin sentido, tratando de una nota terminar, se quedan los dedos dormidos, la página no tiene final y es en el preciso momento en que me manda a descansar. No se preocupe mi reyna su palabra es ley, trataré de cumplirla para no llegarle a enfurecer, buenas noches tenga usted, yo no dormiré, sus sueños vigilaré, así al llegar el amanecer podré besarla otra vez.

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